Como vimos en nuestro artículo anterior, la artesanía de la alfombra tunecina sufre una creciente falta de artesanas. ¿Cómo revitalizar este milenio artesanal? Algunas vías de reflexión y panorama general de las iniciativas puestas en práctica.
Iniciativas nacionales para promover la artesanía
No obstante, se han puesto en marcha varias iniciativas a nivel nacional con la Office National de l'Artisanat Tunisien (ONAT), que se ocupa de salvaguardar y desarrollar el sector artesanal en Túnez, promoviéndolo y desarrollando estructuras regionales que ayuden a los artesanos desde el punto de vista técnico y administrativo. Es el caso, por ejemplo, del Centro de Innovación en Alfombras y Tejidos (CITT), cuyo objetivo es fomentar y desarrollar las creaciones del sector.
Estructuras que permiten a las mujeres artesanas adquirir una cierta autonomía
Varias ONG también tienen como objetivo dar a las mujeres artesanas un cierto grado de autonomía. Por ejemplo, la ONG Aatik alienta a los tejedores de alfombras de la ciudad de El Aroussa (Siliana) a crear su propia estructura cooperativa para evitar intermediarios. La ONG capacita a estas mujeres en el espíritu empresarial, la comercialización y las estrategias de comercialización de sus productos. En el mismo sentido, la ONG CAWTAR trabaja con los tejedores de la ciudad de Kef proporcionándoles ayuda financiera para la compra de equipos o materias primas y dándoles sesiones de capacitación en materia de liderazgo, financiación, comercialización y diseño.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por su parte, ha elaborado un plan de acción para mejorar el sector del tejido de alfombras en Gafsa, que ha consistido en la formación de artesanas, la creación de estructuras, circuitos turísticos y el fomento de la creatividad. El plan ha sido seguido por la ONAT y el CITT y ha contribuido al dinamismo socioeconómico de la región.
Tejedor de Kairouan (Túnez) tejiendo una alfombra de Kairouan - CC by Alexandre Moreau
Una necesaria revalorización social
Más allá de estas iniciativas, es necesaria una revalorización social de la profesión. Es, en efecto, una profesión muy creativa, nacida de una tradición ancestral que requiere un saber hacer probado, un gran rigor artístico y un cierto sentido de la imaginación. Sin embargo, en un Túnez en plena mutación, la profesión está subestimada, incluso depreciada, percibida como obsoleta.
Algunas iniciativas están surgiendo en Túnez como el colectivo Be Tounsi, nacido de un sencillo grupo de Facebook lanzado en abril de 2016 con el título "Este verano me visto de tunecino"; el objetivo: consumir tunecino. Muy rápidamente el grupo ha conocido una cierta locura y un éxito considerable, dando a la población el deseo de reconectarse con su arte. Las iniciativas de este tipo pueden reconectar con su herencia y dar sentido a la artesanía.
Chwaya: Nuevos mercados
A través de nuestra marca Chwaya, intentamos participar en el mantenimiento de este oficio evitando los intermediarios y promoviendo las alfombras tunecinas en el mundo para abrir nuevos mercados antes inaccesibles para los tejedores. Al igual que en otros sectores de Túnez, creemos que la regulación por el Estado de las tarifas de las alfombras podría ser una solución eficaz para remediar el hecho de que los intermediarios suelen aprovecharse de la precaria situación de los artesanos. Esta situación es además perjudicial para los propios intermediarios que tienen cada vez más dificultades para adquirir nuevas alfombras, por falta de tejedores disponibles en el mercado - un círculo vicioso.
Por último, esperamos que estas iniciativas sean concluyentes a largo plazo, que el telar de tejedor sea valorado en su verdadero valor para que los tejedores puedan ganarse la vida dignamente y que este oficio milenario pueda seguir siendo practicado por las generaciones futuras.
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